Nuestro cuerpo reacciona ante el estrés y la ansiedad desencadenando mecanismos de adaptación, en los que interviene el sistema nervioso, las glándulas endocrinas y el sistema inmune.
Las estructuras cerebrales que preparan a todo nuestro cuerpo para una labor de defensa.
Durante estos cambios participan; el hipotálamo, una parte de nuestro cerebro denominado “centro regulador del estrés”, responde y altera al sistema nervioso autónomo (SNA), que es el conjunto de estructuras nerviosas encargadas de regular el funcionamiento de los órganos internos de una manera involuntaria. En la respuesta al estrés también participa “la hipófisis”, que se encuentra en la base del cerebro y que interactúa con las glándulas suprarrenales. El hipotálamo secreta una hormona llamada factor liberador de corticotropina (CRF), que actúa sobre la hipófisis para promover la secreción de la hormona adenocorticotropa (ACTH). Las hormonas son sustancias elaboradas en las glándulas, son transportadas a través de la sangre y estimulan, impiden o regulan la actividad de los órganos. La secreción ACTH actúa sobre la corteza de las glándulas suprarrenales, dando lugar a la producción de corticoides como el “cortisol” que regula la presión arterial y los andrógenos que participa en la tensión muscular. Las hormonas que se secretan durante el estrés y la ansiedad se llaman “esteroides”. Los esteroides se liberan para activar los sentidos, aceleran el pulso cardiaco y ayudan a profundizar la respiración y la tensión de los músculos durante el estrés.
Otra estructura cerebral involucrada en la respuesta al estrés, es la amígdala, centro que integra y recibe los estímulos estresantes. La amígdala se activa y se relaciona con los órganos de los sentidos como; la vista, el tacto y el oído.
La amígdala esta en estrecha comunicación con tálamo otra parte de nuestro cerebro que regula las emociones, dando una respuesta al estrés.
Durante estos cambios participan; el hipotálamo, una parte de nuestro cerebro denominado “centro regulador del estrés”, responde y altera al sistema nervioso autónomo (SNA), que es el conjunto de estructuras nerviosas encargadas de regular el funcionamiento de los órganos internos de una manera involuntaria. En la respuesta al estrés también participa “la hipófisis”, que se encuentra en la base del cerebro y que interactúa con las glándulas suprarrenales. El hipotálamo secreta una hormona llamada factor liberador de corticotropina (CRF), que actúa sobre la hipófisis para promover la secreción de la hormona adenocorticotropa (ACTH). Las hormonas son sustancias elaboradas en las glándulas, son transportadas a través de la sangre y estimulan, impiden o regulan la actividad de los órganos. La secreción ACTH actúa sobre la corteza de las glándulas suprarrenales, dando lugar a la producción de corticoides como el “cortisol” que regula la presión arterial y los andrógenos que participa en la tensión muscular. Las hormonas que se secretan durante el estrés y la ansiedad se llaman “esteroides”. Los esteroides se liberan para activar los sentidos, aceleran el pulso cardiaco y ayudan a profundizar la respiración y la tensión de los músculos durante el estrés.
Otra estructura cerebral involucrada en la respuesta al estrés, es la amígdala, centro que integra y recibe los estímulos estresantes. La amígdala se activa y se relaciona con los órganos de los sentidos como; la vista, el tacto y el oído.
La amígdala esta en estrecha comunicación con tálamo otra parte de nuestro cerebro que regula las emociones, dando una respuesta al estrés.
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